Un equipo de jóvenes investigadores de Nerva trabaja en el proceso archivístico y de catalogación de los documentos originales del maestro Rojas

por Juan Antonio Hipólito Domínguez / 04 de Agosto de 2021 / Publicado en Cultura

Un equipo de estudiantes de Historia, encabezado por la recién egresada Gloria Castilla, clarinetista e historiadora del arte, Máster en Investigación Musical, pertenecientes al grupo de jóvenes nervenses adscritos al Programa de Prácticas Formativas del Ayuntamiento de Nerva, se encuentra inmerso en pleno proceso archivístico y de catalogación de la ingente documentación procedente del estudio del compositor local Manuel Rojas Tirado, autor del famoso pasodoble que lleva el nombre de la localidad minera.


Gran parte del legado musical de Rojas se encuentra almacenado sin orden ni concierto en dependencias municipales desde la venta de su casa-estudio a finales de la década de los 90 del siglo pasado. El mismo lugar en el que hasta su restauración y posterior traslado al teatro para su exposición pública permanecieron los tres pianos originarios del maestro Rojas, arrumbados entre todo tipo de cachivaches obsoletos, cubiertos de polvo, a merced de las polillas. Ahora, este equipo de jóvenes universitarios, que completan Juan García y Raúl Juárez, se afana en clasificar su legado entre el caos más absoluto.

Los documentos, que se cuentan por centenares, se están clasificando en dos grandes áreas. Una perteneciente a la autoría del compositor nervense y otra relacionada con el repertorio de otros autores. En la primera se encuentran desde composiciones editadas hasta partes de obras incompletas, pasando por manuscritos de obras desconocidas atribuidas a Rojas, como Laine, Himno de las Flechas o Cruz la Cartuja, por poner algunos ejemplos. También han aparecido ejercicios de armonía e intervalos musicales, manuscritos sobre lenguaje y teoría musical, y correspondencia de entrada y salida. En cuanto a la documentación sobre otros compositores para repertorio de conciertos se han hallado multitud de partituras de música de cámara, para orquestina, piano y grandes agrupaciones, así como todo tipo de revistas musicales, boletines de directores y periódicos de la época, libros de estudio y ejercicios virtuosos. 

Los componentes del equipo encargado de clasificar el legado musical de Rojas, que agradecen la confianza depositada en ellos por la administración local para emprender el trabajo de clasificación, confiesan desconocer hasta ahora semejante volumen de documentación. Y todos coinciden en la conveniencia y necesidad de emprender una fase posterior de divulgación para conocimiento del público en general y de investigadores, muy en particular. “Cuando abrimos la puerta del almacén no salíamos de nuestro asombro. Tampoco sabíamos muy bien por dónde empezar. Después de unas semanas podemos decir que el trabajo no puede ser más gratificante. Habrá que ir precisando con mayor detalle todas las categorías conforme avance la investigación”, puntualizan los jóvenes investigadores.  

El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, que se muestra muy satisfecho con el trabajo emprendido por el equipo de jóvenes universitarios, apuesta también por esa fase posterior de divulgación para la que no dudará en pedir ayuda a la Diputación de Huelva. “Estamos ante uno de los legados musicales más importantes de la provincia onubense que duerme desde hace dos décadas el sueño de los justos. Ye he trasladado a la Diputación la necesidad de diseñar una fase de divulgación para conocimiento público”, adelanta.  

 

 

A Manuel Rojas Tirado (1898-1953) se le conoce, entre un gran número de composiciones, por su famoso pasodoble Nerva (1933), que Gloria Castilla aborda en su Trabajo Fin de Máster (TFM): “La clasificación tradicional divide a los pasodobles en militares, taurinos, regionales y de concierto. El trabajo se centra en el pasodoble torero, demostrando las características musicales concretas de esta tipología a través de la comparación entre pasodobles de igual naturaleza. Se trata de un estudio focalizado en el famoso pasodoble del autor nervense como paradigma del género en el que, a través del cotejo con otros pasodobles taurinos, se concluye su filiación a esta categoría. De igual manera, se aborda la recepción de Nerva en la actualidad, para deducir su trasvase del coso taurino a las salas de concierto”.

Castilla recuerda cómo Rojas comenzó su carrera musical a edad temprana, concluyendo sus estudios en el Conservatorio de Música de Sevilla en 1914 con 16 años. “Fue el pianista por excelencia de los círculos de sociedades de Nerva: Círculo La Unión, Círculo Mercantil y Sociedad Centro Comercial. En este último, se tiene la certeza de que cobraba un sueldo fijo al mes con contrato anual donde se añadían, aparte, los conciertos con la orquesta para los bailes. Existe testimonio de que, al menos desde 1934, Rojas tocaba en el Centro como pianista. Su compromiso con la sociedad debió ser considerable ya que se responsabilizó a seguir tocando de forma gratuita a pesar de la crisis económica que atravesaba el Centro en 1938 (ASCC, Junta General Ordinaria, 23 de enero de 1938)”, cuenta en su trabajo de investigación.

El fallecimiento inesperado y temprano de Rojas dejó numerosas lagunas respecto a su vida y obra que aún, hoy día, están por descubrir. Para Castilla, es posible afirmar que, “Rojas trabajaba por encargo de los diferentes ayuntamientos, instituciones o asociaciones que solicitaran sus servicios. Este hecho es testificado gracias a las dedicaciones observadas en los libretos originales que corroboran las afirmaciones expuestas. Además, sus obras eran compuestas en un primer momento a piano y, posteriormente, eran adaptadas a su orquesta, cuya plantilla se componía de: primer saxofón alto, segundo saxofón alto, tenor, trombón, trompeta en do, violín, contrabajo y piano. Rojas, acompañado de sus músicos, ofrecía conciertos en verbenas y bailes, por lo que es lógico que las partituras originales estuvieran compuestas para esa agrupación tan concreta. A este respecto, no todos los pasodobles fueron transcritos por el compositor ex profeso para banda, sino que solo corrieron esa suerte los más populares. Estos son los casos de Nerva y Aroche”.

 

 

‘Nerva’, pasodoble taurino y de concierto

La joven investigadora defiende que, “en cuestiones musicales, Nerva es, indudablemente, un pasodoble taurino, ya que atendiendo a sus características formales cumple con las premisas de este subgénero… Sin embargo, estos recursos pudieron ser utilizados sin la finalidad última de llevarlo al coso, ya que, y como bien se ha aseverado anteriormente, la primera edición fue escrita para piano, posteriormente para orquestina y finalmente para banda. Al comparar las tres versiones, llama la atención que el recurso de 4ªJ no aparezca en la edición de piano, la originaria. Esto puede explicar la finalidad para la que fue arreglada la versión para banda a partir de la de orquestina, que sí las recoge. Inclusive, el cotejo de las tres ediciones permite descubrir la adaptabilidad de la tonalidad principal, ya que para las versiones de piano y orquestina, Nerva está compuesto en la menor, pero, si atendemos a la edición para banda, ésta se escribe en sol menor. En este sentido, la trompeta utilizada en la orquestina es la trompeta en do, mientras que la trompeta utilizada, habitualmente, en las bandas de música es la trompeta en si bemol. Por ello, se deduce que una de las razones por las que se llevó a cabo este arreglo se basó en la adecuación de la partitura a la afinación de la trompeta, ya que de no ser así, no se obtendría el mismo resultado de brillantez solista”.

Finalmente, la Castilla afirma que, “Nerva excede del ámbito taurino, integrándose como parte del repertorio de concierto de bandas cuya procedencia no se limita a la provincia de Huelva ni queda restringido a la Comunidad Autónoma de Andalucía, sino que, prácticamente, forma parte de conciertos de toda la península. Si bien es un pasodoble taurino porque sus características musicales lo definen, podría afirmarse que se trata de un pasodoble de concierto ya que su funcionalidad queda revocada al incluirlo en conciertos a la par que obras sinfónicas. Un ejemplo de ello es el concierto por la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Estatal de Moscú (López, 2001: 24), la interpretación por la Orquesta y Coro Ciudad de Linares (Jaén) en Castres (Francia) en 2008 (Velasco, 2008:25) o la conversación entre Dávila Miura y Abel Moreno, cuyas afirmaciones dejan claro que en relación a Nerva: «la gente te pide que no torees para poder disfrutar del solo» (Muñoz, 2018:69). En estas líneas se aprecia lo bien aceptado que se encuentra, actualmente, Nerva como pasodoble de concierto”.

 

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