La asociación de vecinos ¨Pirulitos 81¨ del barrio del Pozo Bebé de Nerva ha vuelto a disfrutar de la celebración de la Cruz de Mayo tras dos años de pandemia, una actividad que ha tenido un significado especial porque marca nuevamente el camino de las actividades tradicionales y festivas que siempre han caracterizado a esta emblemática barriada nervense.
Han sido muchos días en los que en este lugar, siempre distinguido por unos vecinos dispuestos a colaborar y disfrutar de todo, han tenido que reprimir las ganas de realizar eventos por la pandemia de COVID 19. Ahora que la situación ya permite nuevamente retomar todo acto de socialización, aunque siempre con la cautela necesaria, las calles del barrio se han vuelto a llenar de algarabía y sones típicos de una tradición que saca la parte más festiva de sus vecinos, la Cruz de Mayo.
A diferencia de otros años, en esta edición sólo se ha dispuesto un día para la celebración de la Cruz de Mayo, ya que el objetivo es dosificar e ir de manera paulatina alcanzando el nivel organizativo de antaño. La recogida del romero, almuerzo con los vecinos de la barriada, la recogida de los Mayordomos de la Cruz y recorrido por las calles del barrio y una noche festiva con actuaciones y buen ambiente, han sido los argumentos de un día que va a ser el prólogo de todo lo que se vivirá en próximas fechas para disfrute, no sólo de quienes habitan en el Pozo Bebé, sino de todos los vecinos de Nerva.
Esta asociación de vecinos ha hecho a lo largo de los últimos años un trabajo muy importante que sin duda ha convertido a este emblemático barrio en uno de los más activos y participativos de Nerva. Producto de ese trabajo de crecimiento es la casa sede que, construida por los vecinos del barrio, ladrillo a ladrillo, es el lugar idóneo para celebraciones, reuniones y demás. En esta edición de la Cruz de Mayo, una empresaria de Nerva, además del barrio, fue la encargada de las labores de repostería.
En la jornada vespertina, los vecinos disfrutaron de los sones típicos de la Cruz de Mayo y se volvieron a repetir imágenes que durante dos años no se han podido ver. Los vecinos buscaban a los Mayordomos en sus domicilios para formar un cortejo que llenaba de sonido festivo cada calle, cada rincón del barrio. Ser Mayordomo o Mayordoma es uno de los grandes honores que se pueden tener en esta celebración y esa responsabilidad ha recaído este año en tres jóvenes que han disfrutado de ello: Marina, Carla Martínez y Alejandro Reposo. Evidentemente la implicación de la juventud es algo que sin duda es lo que debe perpetuar todas estas tradiciones que tratan de mantener desde la asociación de vecinos ¨Pirulitos 81¨.
Ha sido este pasado sábado 21 de mayo un día muy especial, primero por la celebración de esta Cruz de Mayo que es una de las actividades señeras en Nerva durante este mes, y por supuesto porque se abre el itinerario de actividades a desarrollar, como por ejemplo la celebración de los ¨Pirulitos¨ en honor a San Juan. Esto es sin duda una gran alegría para un barrio que siempre está receptivo y que se convierte en estas fechas en un auténtico ejemplo de trabajo en unión para hacer un lugar diferente y muy especial. La concejala de Cultura, Lola Ballester, vecina del mencionado barrio, se encontraba muy satisfecha por todo lo desarrollado en una celebración que viene a ser el pistoletazo de salida en cuanto a la diversión de Nerva y su gente.
Con los Mayordomos alentando a los vecinos con sus bailes y actitud festiva, con un barrio que vuelve a disfrutar de sus momentos más especiales, la Cruz de Mayo ha vuelto a ser ese nexo de unión del Pozo Bebé con el pueblo de Nerva. Un barrio unido se hace más fuerte y esa premisa se cumple indudablemente en un lugar en el que siempre se está dispuesto a trabajar codo con codo para que lo realizado siempre tenga una resonancia especial en el calendario de actividades de nuestro pueblo. El Pozo Bebé piensa ya en la celebración del ¨Pirulito¨ su gran fiesta de cada año por el mes de junio, una festividad que vendrá una vez se abra ya el periplo de las fiestas de barriadas con la Romería de San Antonio de Padua en el ventoso.